Pero ahí Trapp consumó su venganza por lo ocurrido en 2017, escoltado por una horda de camisetas blancas en lo que parecía la enajenación del Camp Nou. El alemán arrastraba una cruz desde 2017: él fue el portero del mítico 6-1 del Barça al PSG en la vuelta de octavos de final de la Champions, la mayor remontada de la historia de la competición. Los 22 jugadores sobre el campo sumaban un total de 148 goles; Pizarro, que partió del banquillo, 192. Mitazo.