También se cubrían con mantones de encaje o cachemira, o sobretodos como mantos, mantelets, paletones o capas Tudor. En el atuendo femenino apareció el corsé, que ceñía la cintura, así como un tipo de enaguas con aros llamado verdugado, del que existían varios tipos: el español estaba formado por unas enaguas armadas con ballenas, que se acampanaba hacia abajo; el francés o «de rueda» tenía forma de rueda en la cintura, desde donde caía verticalmente hacia abajo; el italiano se levantaba por detrás con un cojín.