Analiza luego las intervenciones en cada continente, para concluir que en América Latina estaba madurando una rebelión, que adquiriría carácter continental. Guevara advierte entonces que la liberación no sería permitida por Estados Unidos pacíficamente, y que no había que hacerse ilusiones, ya que se trataría de una guerra larga, en la que «la represión irá buscando víctimas fáciles», masacrando a la población campesina o bombardeando ciudades. En su vertiente masculina, se denominó yuppies a los hombres de éxito, jóvenes ejecutivos que vestían trajes de Paul Smith y Hugo Boss, junto a complementos como mocasines de Gucci, relojes Rolex y agendas Filofax.