Por otro lado, los bordes de las telas se decoraban con bordados, generalmente de flores, animales y la llamada «greca griega». En general, los sacerdotes solían llevar una túnica larga de color blanco llamada alba, sobre la que se colocaban una capa decorada llamada capa pluvial; en actos litúrgicos se ponían la casulla, un manto con apertura para la cabeza de distintos colores según la liturgia, así como la estola alrededor del cuello.