Las mujeres llevaban una larga túnica con mangas y escote, generalmente con una segunda pieza similar por encima y un manto abrochado sobre el pecho. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Se resucitó el talle estrecho y las faldas amplias y voluminosas, que recordaban la hechura del pionero de la alta costura, Charles Worth.