Por lo general, el hombre llevaba dos túnicas: una fina de hilo a modo de camisa, llamada brial, y otra de lana más larga, de mangas estrechas y ceñida con un cinturón de cuero; además, llevaba calzones y una capa. En general, la moda fue de corte más realista, como la tendencia llamada destroyer, representada por Martin Margiela y Ann Demeulemeester, creadores de la imagen de los denominados «nuevos pobres».