El auge de la costura italiana se inició en los años 1950 gracias a una apuesta decidida de la industria local, que había empezado a destacar especialmente por su artesanía del cuero, que produjo zapatos y accesorios de gran calidad, con marcas como Gucci, chandal psg Fendi y Ferragamo. El traje masculino consistía en una casaca larga (justacorps), un jubón abierto con una camisa de randas, calzas con puños de encaje en las pantorrillas, medias y zapatos de hebillas, así como sombreros con plumas.