Hacia mediados de siglo, los miriñaques llegaron a su máxima amplitud, de tal forma que dificultaban los movimientos; surgieron entonces las considérations, sudadera entrenamiento barça unas almohadillas para las caderas. En este período hubo gran profusión de complementos: además de los habituales, fueron corrientes los relojes, las tabaqueras, las bomboneras, los neceseres y los frascos de perfume. Los hombres llevaban levita larga de seda o terciopelo, almilla sin mangas, pantalón corto y ceñido, medias blancas y zapatos de hebillas, con profusión de chorreras y encajes.