Desde 1959 el dictador Trujillo en la República Dominicana apoyaba un ejército guerrillero denominado Legión Anticomunista del Caribe con el plan de invadir Cuba. Inmediatamente después de la caída de Batista comenzaron a organizarse actividades militares y terroristas contra el nuevo gobierno, así como la preparación de tropas para invadir Cuba. En Estados Unidos la CIA comenzó a organizar sabotajes e impulsar la organización de grupos guerrilleros anticastristas sobre la base de exfuncionarios de Batista, como La Rosa Blanca, y la creciente cantidad de exiliados cubanos opuestos a las medidas cada vez más radicales y procomunistas de la Revolución cubana.