En Perú surgió el tipo femenino de la tapada limeña, que llevaban una saya, un tipo de falda de seda grande y larga, y un manto que les cubría la cabeza dejando tan solo un ojo a la vista. En Argentina, los gauchos desarrollaron un tipo de vestimenta práctico pensado para montar a caballo, compuesto por unos pantalones holgados (bombachas) y una manta (chiripá) que se colocaba entre las piernas, atada a la cintura.