Cardin fue el artífice de la revalorización de la moda masculina, tanto en alta costura como en prêt-à-porter, con prendas de estilo sport pensadas para el ocio y el deporte, que convivían con la línea clásica de traje y corbata. Fue en las clases altas donde se dieron las principales innovaciones: la nueva moda eran los trajes ceñidos al cuerpo y, cuando la figura no correspondía al ideal, se añadían lazos y trencillas.